
En la nueva economía del cambio, las empresas que sobreviven no son las que recortan más rápido, sino las que reorganizan con inteligencia. Aprender a rediseñar sin despedir es hoy una competencia estratégica de liderazgo.




Medir la sostenibilidad dejó de ser un asunto voluntario para convertirse en un factor estratégico. Los KPI ESG ofrecen a las empresas una ruta clara hacia la credibilidad, la transparencia y la confianza de inversionistas, clientes y colaboradores.
Desarrollo organizacional09/09/2025
Camila RamirezLos indicadores clave de sostenibilidad permiten a las organizaciones evaluar su progreso ambiental, social y de gobernanza, comunicar avances reales y anticipar riesgos. Desde emisiones de carbono hasta diversidad en juntas directivas, los KPI son la prueba tangible de si las metas se están cumpliendo o no.
El punto de partida recomendado para las empresas es reconocer cuáles son los aspectos ESG más críticos en su sector. No todas deben medir lo mismo, por ejemplo una compañía minera priorizará biodiversidad y uso del suelo, mientras que una tecnológica pondrá foco en consumo energético y protección de datos.
A partir de allí, establecer objetivos claros y medibles, con plazos definidos, es lo que marca la diferencia. Sin métricas cuantificables, el compromiso se queda en el discurso.
Uno de los mayores obstáculos sigue siendo la calidad de los datos, pues, la falta de estándares unificados complica la comparabilidad y exige sistemas robustos de gestión. Otro reto es el costo inicial, puesto que, incorporar nuevas tecnologías y capacitar al personal supone inversiones que solo se justifican cuando la empresa asume una visión de largo plazo.
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En la nueva economía del cambio, las empresas que sobreviven no son las que recortan más rápido, sino las que reorganizan con inteligencia. Aprender a rediseñar sin despedir es hoy una competencia estratégica de liderazgo.