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NTT DATA advierte que el potencial humano ya no estará limitado por el conocimiento ni por las tareas si se construye una sinergia real entre personas y tecnología.
Desarrollo organizacional22/07/2025
Camila RamirezUn nuevo informe global revela cómo la inteligencia artificial no desplaza el talento humano, sino que redefine el modo en que se forma, se potencia y se pone al servicio de las organizaciones.
El informe Technology Foresight 2025 de NTT DATA identifica una tendencia decisiva que marca un nuevo rumbo en el desarrollo del talento. Se trata de trabajadores que no solo interactúan con tecnologías como IA, aprendizaje automático o modelos de lenguaje, sino que se ven estratégicamente potenciados por ellas. La diferencia ya no está en saber más, sino en saber colaborar con sistemas inteligentes que amplifican capacidades, optimizan procesos y elevan el impacto humano en entornos complejos.
Modelos como GPT-4o, capaces de interpretar emociones y actuar en tiempo real, o técnicas como la generación aumentada por recuperación (RAG), que mejora la precisión integrando información externa, dejan de ser herramientas para convertirse en aliados. NTT DATA advierte que esta transformación no es automática ni neutral y requiere decisiones conscientes en las organizaciones que abarcan desde la cultura hasta la seguridad.
Pero esta sinergia con la tecnología solo es viable si se acompaña de una estrategia sólida de formación que articula el enfoque de NTT DATA sobre integración tecnológica con las tendencias actuales en formación empresarial, centradas en la personalización, la experiencia y la actualización constante del talento.
Lejos de un modelo tradicional, las pymes están adoptando formas de formación más ágiles, personalizadas y sostenibles. La inteligencia artificial no solo asiste en tareas cotidianas, también permite crear rutas de aprendizaje hiperpersonalizadas. Desde plataformas que adaptan los contenidos según el ritmo de cada empleado hasta asistentes virtuales que ayudan a priorizar tareas o consolidar conocimientos, la relación entre tecnología y formación ya no es futurista, es cotidiana.
Tecnologías inmersivas como la realidad virtual están entrenando operarios en entornos simulados para prevenir riesgos, mientras que la gamificación se consolida como una herramienta eficaz para fortalecer la motivación y la retención. A esto se suman programas de ciberseguridad y sostenibilidad que se integran como ejes estratégicos en las dinámicas de formación. Las pequeñas empresas, tradicionalmente rezagadas en innovación, están demostrando que con decisiones acertadas pueden liderar transformaciones profundas incluso con presupuestos limitados.
NTT DATA advierte que sin una regulación oportuna la inteligencia artificial podría profundizar brechas sociales y excluir a quienes no accedan a procesos de formación inclusivos, lo que también plantea riesgos éticos, sesgos y desigualdades laborales difíciles de controlar. A esto se suma la irrupción de la economía colaborativa impulsada por IA, que obliga a repensar nociones tradicionales de empleo, estabilidad y distribución del valor generado dentro de las organizaciones.
Frente a esto, la formación cobra un sentido político y estratégico, ya no es un beneficio, es una condición para que las personas puedan ejercer plenamente su lugar en los nuevos ecosistemas de trabajo.
El informe de NTT DATA insiste en que integrar asistentes de IA, fomentar culturas organizacionales habilitadas tecnológicamente y capacitar en nuevas competencias no es un lujo de grandes empresas. Es una necesidad de cualquier organización que aspire a permanecer vigente en medio del cambio. La clave no está en elegir entre personas o tecnología, sino en construir relaciones sinérgicas que respeten la agencia humana y garanticen su desarrollo.
Si 2025 marca el punto de inflexión, las empresas que entiendan el papel de la tecnología como potenciador —y no como amenaza— estarán mejor posicionadas para atraer, formar y retener al talento que dará forma al futuro.
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