En 2025, ocho de cada diez empleados no se sienten comprometidos y casi la mitad de los latinoamericanos ha sufrido burnout. Liderar hoy exige reinventar la forma de trabajar y crear equipos con más energía que desgaste.
Gestión de cambio05/09/2025
Camila RamirezLa desmotivación y el agotamiento dejaron de ser casos aislados para convertirse en norma. Gallup reporta que el 79% de los empleados del mundo no están comprometidos y un 17% actúa en contra de los objetivos. En Latinoamérica, el informe Burnout Laboral 2025 de Buk muestra que casi la mitad de los trabajadores ya ha sufrido este síndrome, con mayor impacto en mujeres, jóvenes y minorías.
Frente a esta crisis, los líderes deben actualizar su forma de dirigir. No basta con motivar, se trata de rediseñar la relación con los equipos, fomentar hábitos de reinvención y crear flujos de trabajo que inspiren en lugar de agotar.
Los tiempos en que se prometía estabilidad después de cada cambio quedaron atrás. Hoy, los equipos valoran líderes que expliquen con franqueza los desafíos y compartan hacia dónde se dirige la organización.
En la práctica: habilita encuentros periódicos para conversar sobre prioridades y abrir espacio a inquietudes. La claridad genera confianza.
Resistirse a lo nuevo desgasta. En cambio, interpretarlo como parte del trabajo cotidiano fortalece la motivación. Pequeños ejercicios de creatividad y análisis semanal ayudan a que los equipos vean la incertidumbre como terreno fértil.
En la práctica: dedica 15 minutos en cada reunión a pensar cómo mejorar un proceso o producto existente.
Los gerentes influyen más que nadie en la moral de sus equipos, pero hoy se sienten entre los más desmotivados. Dotarlos de autonomía y de habilidades emocionales los convierte en motores de resiliencia cultural.
En la práctica: invierte en su formación para que puedan detectar señales de agotamiento y adaptar la carga de trabajo.
La estrategia, la innovación y la gestión del cambio deben avanzar en conjunto. Normalizar conversaciones breves sobre qué está quedando obsoleto evita la acumulación de tensiones.
En la práctica: establece ciclos ágiles donde se revisen tareas o proyectos que ya no aportan valor.
Un equipo motivado no solo necesita eficiencia, sino interacciones que sumen entusiasmo. Reuniones con propósito claro y reconocimiento frecuente son claves para mantener la vitalidad.
En la práctica: revisa tus reuniones y procesos. Si drenan energía, rediseñalos para que impulsen a las personas.
El burnout no es solo un asunto de salud; afecta directamente el rendimiento y aumenta la fuga de talento. Los líderes que apuesten por prácticas de reinvención, claridad y energía podrán construir equipos capaces de sostener el cambio y crecer con él.
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