El mercado laboral enfrenta simultáneamente dos fenómenos en aumento, por un lado las vacantes fantasma, anuncios publicados sin la intención real de contratar, y por otro los candidatos fantasma, postulantes que abandonan procesos o rechazan ofertas. Ambos escenarios incrementan costos, alargan la selección y afectan la confianza entre empresas y profesionales.
Mundo laboral15/08/2025
Camila Ramirez
2 min de lecturaLas vacantes fantasma son anuncios de empleo que no corresponden a procesos reales de contratación. De acuerdo con un estudio de Indeed, más del 18% de las vacantes publicadas en línea no corresponden a procesos reales. En algunos casos se publican para realizar estudios de mercado, recopilar hojas de vida o proyectar una imagen activa de la empresa, sin embargo, generan frustración y desgaste en los aspirantes.
En Latinoamérica, consultoras como PageGroup advierten que el fenómeno creció tras la pandemia. Una encuesta de Clarify Capital a mil gerentes de contratación reveló que más del 40% publica puestos para aparentar crecimiento y un 34% para motivar a empleados con alta carga laboral. Las consecuencias incluyen desmotivación, pérdida de confianza y la práctica inversa, conocida como “ghosting laboral”, donde los profesionales dejan de postularse a esas empresas.
En el lado opuesto, las organizaciones se enfrentan al candidato fantasma. Se trata de profesionales que cumplen los requisitos y avanzan en el proceso, pero rechazan la oferta o interrumpen la comunicación.
De acuerdo con Enlace Asertivo, consultora de procesos de selección, las causas más comunes son la falta de transparencia salarial, procesos de selección prolongados, ausencia de comunicación o culturas organizacionales poco atractivas. En sectores como tecnología y finanzas, donde el talento es altamente demandado, un proceso de tres meses puede derivar en la pérdida del mejor candidato frente a competidores más ágiles.
Tanto las vacantes fantasma como los candidatos fantasmas generan impactos económicos y operativos. Para las empresas, significan retrasos en proyectos, sobrecarga de equipos y mayores costos de reclutamiento, y de cara a los profesionales, implica tiempo perdido, desgaste emocional y una menor confianza en el mercado.
Expertos recomiendan mayor transparencia y agilidad en los procesos de selección, junto con una comunicación constante. A los candidatos se les sugiere diversificar los canales de búsqueda y verificar la legitimidad de las ofertas, ya que en un contexto donde buscar empleo se ha convertido en un proceso exigente, la confianza y la claridad son claves para reducir la brecha entre las expectativas de las empresas y las de los profesionales.
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