El Gobierno Nacional en cabeza del Ministerio de Trabajo, avanza en proyecto de decreto que redefine la normativa del teletrabajo con enfoques inclusivos, líneas de acción estratégicas y responsabilidades compartidas entre sectores público y privado, proponiendo un cambio sustancial en la gestión laboral del país.
Gobierno y legislación21/11/2024
sandra mateusEn Colombia, el teletrabajo se ha consolidado como una modalidad laboral clave tras la pandemia de COVID-19. Según el estudio Work Reimagined Survey 2023 de EY, el 60% de los empleados en el país prefiere modelos híbridos que combinan trabajo remoto con presencial. Esta tendencia responde al deseo de equilibrar productividad y calidad de vida, en un contexto donde las empresas han intensificado su inversión en herramientas tecnológicas y estrategias de retención de talento.
A su vez, el informe El Futuro del Trabajo de Adecco, publicado en 2023, revela que el 75% de los trabajadores colombianos considera la flexibilidad laboral como un factor crucial para elegir o permanecer en un empleo. Esto subraya la importancia del teletrabajo no solo como una alternativa emergente, sino como una pieza fundamental en el diseño de políticas laborales modernas.
En ese contexto el proyecto de decreto sobre la Política Pública de Fomento e Implementación del Teletrabajo, que reveló el Ministerio de Trabajo de Colombia este mes, en medio también del debate de la Reforma Laboral, busca reglamentar esta modalidad con un enfoque integral que combina derechos humanos, equidad de género, inclusión de personas con discapacidad y desarrollo territorial. Esta iniciativa propone estrategias específicas para cerrar brechas digitales y promover la inclusión laboral de poblaciones vulnerables, ajustándose a las disposiciones de la Ley 1221 de 2008 y a estándares internacionales.
Entre las líneas de acción más destacadas se encuentran la actualización normativa al modernizar el marco legal para eliminar barreras de implementación y asegurar la protección de derechos laborales en el teletrabajo; Sensibilización y formación, pues se promueve capacitar a empleados y empleadores en competencias digitales y normas de seguridad laboral; Fomento de la equidad al impulsar l diseño de programas para la inclusión laboral de mujeres, personas cuidadoras y población de especial protección constitucional, evitando sobrecargas y Acceso a tecnología: Articular esfuerzos entre entidades públicas y privadas para garantizar herramientas tecnológicas que faciliten el teletrabajo en todo el territorio nacional.
La política será coordinada por el Ministerio de Trabajo a través de la Red Nacional de Fomento al Teletrabajo, con un enfoque diferencial que prioriza las regiones con menor acceso a tecnologías. Además, la articulación con entes territoriales permitirá adaptar las estrategias a las necesidades locales, impulsando el desarrollo económico en zonas rurales.
El decreto no solo establece lineamientos generales, sino que también descentraliza su implementación. Las Subcomisiones Departamentales de Concertación de Políticas Salariales y Laborales tendrán un papel clave en la articulación territorial de esta política. Esto podría generar desigualdades en la velocidad de adopción dependiendo de las capacidades locales, poniendo presión adicional sobre las empresas que operan en múltiples regiones.
Además, los gobiernos locales deberán incluir esta política en sus planes de desarrollo, creando un marco que, aunque ambicioso, requerirá coordinación eficiente para evitar duplicidades y garantizar su efectividad.
De otra parte, el seguimiento semestral de metas y resultados, liderado por el Ministerio de Trabajo y el Departamento Nacional de Planeación, representa un control más riguroso para las empresas, en tanto que se promueve la financiación mediante alianzas público-privadas y cooperación internacional, dejando abierta la puerta a incentivos económicos que podrían compensar las inversiones iniciales.
Sin embargo, el enfoque en la sostenibilidad económica del teletrabajo podría plantear desafíos para empresas pequeñas que no cuenten con los recursos necesarios para implementar todos los lineamientos de la política
Adaptación tecnológica y capacitación: Las empresas deberán invertir en tecnología y programas de formación para cumplir con los estándares de teletrabajo. Esto incluye la implementación de sistemas de gestión para garantizar la seguridad y salud en el trabajo.
Inclusión laboral obligatoria: El decreto pone énfasis en la inclusión de poblaciones vulnerables, lo que podría llevar a las empresas a establecer cuotas de empleo específicas o diseñar programas de inserción laboral con un enfoque diferencial.
Mayor supervisión y cumplimiento normativo: Se establecen protocolos para verificar que los riesgos laborales del teletrabajo sean gestionados dentro de los Sistemas de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST). Esto implica auditorías más estrictas y un enfoque en el autocuidado, la salud mental y la ergonomía.
Nuevas oportunidades para el mercado laboral: Si bien las obligaciones pueden representar desafíos iniciales, el teletrabajo también abre nuevas oportunidades para la atracción y retención de talento en zonas alejadas de los centros urbanos, optimizando costos operativos y ampliando la diversidad de las plantillas.
Para las organizaciones, el teletrabajo podría representar una oportunidad para incrementar productividad y reducir costos operativos, especialmente en sectores altamente digitalizados. Sin embargo, el reto radica en mantener la cohesión organizacional y garantizar la salud mental de los empleados. Según la misma encuesta de EY, la desconexión laboral y las sobrecargas emocionales son riesgos latentes que deben abordarse con protocolos claros y medidas de prevención.
En el plano operativo, las empresas deben integrar mecanismos en sus Sistemas de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST) para mitigar riesgos asociados, como lesiones osteomusculares o el síndrome de burnout. Este aspecto será uno de los puntos clave del nuevo decreto, que también plantea incentivos para empleadores que implementen modelos de teletrabajo exitosos.
Con todo esto, el éxito del teletrabajo en Colombia dependerá de su implementación efectiva, tanto a nivel regulatorio como operativo.
Aunque el proyecto de decreto es un paso crucial, su impacto real estará en la capacidad de las empresas y entidades gubernamentales para articular esfuerzos que garanticen la sostenibilidad de este modelo.
Para las empresas, esta podría ser una oportunidad para posicionarse como líderes en un mercado laboral que valora la flexibilidad, la inclusión y la innovación. Sin embargo, deberán sortear desafíos como la brecha digital y la falta de habilidades específicas en teletrabajo, que aún afectan a una parte significativa de la población trabajadora.
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Conozca y revise el texto completo del Proyecto de Decreto en el siguiente enlace Proyecto de Decreto Teletrabajo
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